✅ Por qué da tanto miedo crear equipo (y por qué la clave está en aprender a delegar)
Delegar significa soltar.
Dejar en manos de otras personas algunas de las tareas de tu negocio (tareas que te ocupan mucho tiempo, o que otra persona podría ejecutar mejor que tú, etc.).
Y hay muchos motivos para tener que hacerlo, pero yo diría que los más comunes son estos 3:
- No llegas a todo: tienes tantos frentes abiertos que acabas echando mil horas todos los días. No te queda tiempo para pensar en nuevas maneras de hacer que tu negocio siga creciendo, y mucho menos para llevar esas ideas a cabo (y lo que no evoluciona, se estanca).
- Tienes “demasiados” clientes: ¿te suena eso de morir de éxito? Pues no es broma. Hay emprendedores que acaban teniendo tantos clientes que terminan desbordados. Y una forma de romper el tapón y no acabar reventando de trabajo, es buscar a alguien que te eche una mano.
- Necesitas a profesionales especializados: por ejemplo, si tienes que generar un montón de piezas de copy y prefieres hacerlas internamente, en lugar de aprender copywriting tú mismo, metes a un copywriter profesional en el equipo.
Al principio, lo habitual es trabajar solo con colaboradores externos.
Lo típico: no me da la vida para responder todos los emails y hacer el seguimiento de las facturas, así que contrato a un asistente virtual freelance.
Esto está bien para cubrir algunas tareas más “pequeñas” (y no lo digo porque sean menos importantes, sino porque no forman parte del núcleo del negocio).
Pero hay veces, cuando tienes un proyecto muy gordo entre manos, que necesitas que todas las personas que trabajan contigo estén involucradas al 200 %.
En esos casos, lo más efectivo suele ser formar tu propio equipo.
Eso fue justo lo que me llevó a mí a delegar: cuando lancé Brandea, supe que no iba a poder tirar del carro yo sola y que necesitaría más gente que me ayudase a hacer crecer esta escuela.
Y te digo una cosa, compi: al principio, este segundo camino da muchísimo miedo.
👉 Las preocupaciones más típicas a la hora de delegar
Cuando tienes una marca personal, todo el peso del negocio está puesto en ti. Los clientes te eligen porque conectan contigo, con tus valores, con tu forma de trabajar…
Y por eso es tan complicado dar el paso.
Piensas que:
- La calidad de tu servicio va a empeorar: tú tienes tu propia manera de hacer las cosas, y te da miedo que la persona que entre en tu equipo no sepa adaptarse a ella, y que los clientes lo acaben notando.
- No vas a poder encontrar personas que conecten contigo: ni que se impliquen en tu proyecto tanto como tú. Esto es lo que hizo que yo me comiese más la cabeza cuando vi que necesitaba delegar.
- Vas a perder tiempo en lugar de ganarlo: cuando una persona entra en tu equipo tienes que formarla, supervisar su trabajo, etc. Y crees que eso te va a llevar más tiempo que si lo siguieras haciendo todo tú mismo.
- Los clientes solo van a querer trabajar contigo: porque tú eres a quien conocen, tú eres quien ha trabajado su marca personal y con quien se sienten más vinculados.
Es normal que se te pase todo esto por la cabeza.
Pero te prometo que todos estos “problemas” tienen una solución. Y es aprender a delegar haciendo las cosas bien: con unos objetivos claros y un proceso bien definido.
De eso te voy a hablar ahora.
✅ El proceso para delegar y formar equipo con un negocio de marca personal
Compi, no es que haya una forma “correcta” de delegar.
Los consejos que te voy a dar aquí vienen de mi propia experiencia y de lo que he visto que les ha funcionado a otros emprendedores digitales. Pero al final, tú tienes que encontrar tu propio sistema.
Aun así, esta puede ser una buena guía para empezar. 😉
👉 1. ¿Qué quieres conseguir?
Esta es la primera pregunta que debes hacerte: ¿cuál es tu objetivo al delegar?
Por ejemplo:
- ¿Quieres ganar tiempo para lanzar una nueva línea de negocio y diversificar?
- ¿Quieres atender a más clientes y aumentar tu facturación?
- ¿Necesitas internalizar trabajo y no depender de colaboradores externos?
De este objetivo dependerán las tareas que vayas a delegar y el perfil de la persona que busques.
👉 2. Define el proceso de esa tarea
Lo lógico es que, con el tiempo, hayas ido desarrollando un método de trabajo propio. Un sistema que te funciona y con el que les das a tus clientes un resultado de 10. Y cuando una persona entra en tu equipo, necesitas que se empape de ese método y lo siga.
Para ponérselo más fácil, es FUNDAMENTAL que documentes todo el proceso.
Vamos, que abras una hojita en blanco y te pares a apuntar cada paso que sigues dentro de ese método.
Así, esa persona entenderá mejor lo que esperas de ella y cómo tiene que hacer las cosas, y a ti te costará menos formarla.
👉 3. Ya tienes claro qué responsabilidades vas a delegar, pero ¿quién se va a encargar de ellas?
Aquí se empieza a complicar el asunto.
Por un lado (esto es de cajón), la persona que entre en tu equipo debe tener los conocimientos necesarios para hacer la tarea que le vayas a asignar, ya sea:
- Un trabajo que tú ya hacías: por ejemplo, eres consultor digital de marca personal y contratas a otro consultor para que te ayude. Puede ser otro profesional que ya tenga experiencia, o alguien que solo tenga unas bases sobre marca personal pero que no haya tratado con muchos clientes (en el segundo caso tendrás que dedicar más tiempo a formarlo).
- Hacer una tarea que tú no dominas: por ejemplo, contratas a un diseñador web que cree las páginas de tus clientes de consultoría. Aquí, sí o sí, tienes que buscar a un experto.
En mi caso, cuando emprendí con Brandea hice las dos cosas.
Por un lado, busqué a personas que son expertas en su especialidad: Marta, que entre otras cosas es experta en copy y en gestión de proyectos, y Nico, que es nuestro coach ontológico.
Y luego están las consultoras que se han formado en el método Brandea y que guían a los emprendedores digitales para definir y diseñar sus estrategias de marca personal. O mi hermana Ana, que no estaba familiarizada con los negocios digitales y ha ido aprendiendo poco a poco todo lo relacionado con atención y soporte al cliente.
Pero no solo importa la formación.
Además, la persona en la que delegas tiene que conectar contigo y compartir tus valores. Eso es clave para que se involucre en tu proyecto y dé el 100 % de sí misma.
Y eso es lo más complicado, compi.
Yo en esto tuve muchísima suerte: desde la primera edición de Soy Personal Brander conecté con alumnas que notaba en la patata que me podían ayudar, y que estaban dispuestas a embarcarse conmigo en este proyecto.
En tu caso puede que ocurra de una forma totalmente distinta.
¿Qué puedes hacer tú si aún no has encontrado a la persona adecuada?
Tienes muchas opciones, pero algo que sí te aconsejo es que te lances a hacer networking estratégico.
Crear relaciones con otros profesionales te ayudará a encontrar a personas que vibren contigo, que tengan el perfil que buscas y que quieran formar parte de tu equipo.
👉 4. Delega paso a paso
Desde el principio, la persona que entre a trabajar contigo debe tener claro cuáles son (o cuáles serán) sus responsabilidades y qué esperas de ella.
Pero el proceso para llegar hasta ahí tiene que ser gradual:
- Si no tiene experiencia: tendrás que formarla, acompañarla e ir pasándole responsabilidades poco a poco, hasta que veas que está preparada para “soltarte la mano”.
- Si tiene experiencia: incluso si es un profesional con experiencia, al principio tendrás que acompañarlo para asegurarte de que asimila bien tu proceso de trabajo y hace las cosas como tú esperas.
Esto te consumirá tiempo, pero piensa que es una inversión.
👉 5. Mide los resultados regularmente
A medida que esa persona que entra en tu equipo va asumiendo responsabilidades, tienes que seguir evaluándola y revisando su evolución.
Eso implica:
- Establecer fechas de traspaso de responsabilidades.
- Marcar metas.
- Analizar su trabajo regularmente para ver si las está alcanzando.
- Corregirlo y guiarlo para que continúe evolucionando.
Esto tiene dos ventajas.
Primero, tú estarás más tranquilo, porque sabrás que esa tarea se está haciendo bien. Y además, esa persona se sentirá más segura y podrá ir asimilando el proceso poco a poco.
👉 6. Extra: los miembros de tu equipo también deben trabajar su marca personal
Cuando delegas con una marca personal, es importante que también les des visibilidad a las personas que forman parte de tu equipo.
Así evitas ese miedo que decía antes a que un cliente solo quiera trabajar contigo. Al desarrollar sus propias marcas, los clientes también conocerán a tu equipo y el proceso de delegar será mucho más sencillo.
Incluso voy más allá.
Cuando el resto de miembros de tu negocio tienen una marca personal bien posicionada, eso pone en valor tu empresa. Es una forma de decirle al mundo: “No solo soy bueno en lo que hago. Además, es que estoy rodeado de grandísimos profesionales”.
➡️ “Irene, pero si hago eso, les llegarán otras ofertas de trabajo y se irán”
Sinceramente, compi, a mí esa mentalidad no me gusta nada. Es una forma de pensar que parte del miedo y de la escasez.
Yo soy partidaria de aplicar estrategias que hacen que los trabajadores se sientan tan a gusto que quieran quedarse, no de tratar de “esconderlos para que no se los lleven”.
Y esto es algo que ya estoy viendo en muchas empresas. Empresas que están dando el salto a un nuevo paradigma (que apoyan e impulsan a sus trabajadores a potenciar sus marcas personales), porque saben que eso beneficia a todos.
Porque así es como de verdad los negocios, y las personas que forman parte de esos negocios, consiguen crecer.
✅ ¿Ya tienes claro el proceso para formar equipo?
Compi, si te quedas con una sola idea después de leer este post, que sea esta: delegar no es solo quitarte tareas de encima.
No es simplemente pasarle responsabilidades a otra persona para ganar más tiempo.
Todo eso es importante, pero lo que realmente importa es que…
Delegar y formar equipo significa rodearte de personas que suman.
Personas que te aportan, que te enseñan tanto como tú a ellas, o incluso más. Personas que van a estar ahí para tenderte la mano cuando te caigas y no sepas cómo levantarte (porque los que lideramos, también nos caemos muchas veces).
Esto te lo digo tragando saliva mientras lo escribo.
De hecho, es una lección que he vivido en mis carnes este 2022 (si me sigues en Instagram ya sabrás por qué lo digo).
Por eso mi consejo es que no tengas miedo a delegar. Porque a la larga puede ser una experiencia que te llene de una manera flipante.
Es más: para mí lo verdaderamente difícil es lo que viene antes.
- Identificar tu diferenciación.
- Diseñar tu estrategia de monetización.
- Posicionarte para atraer clientes con tu marca.
Vamos, todo lo que hace falta para que tu negocio crezca tanto que los clientes te salgan por las orejas.
Si esto todavía no lo dominas… tienes Soy Personal Brander.
El programa estrella de la escuela, donde te explicamos todo lo que necesitas saber para convertirte en un experto en personal branding y diseñar este tipo de estrategias para tus clientes.
Entrando en el enlace tienes toda la información sobre el programa.
¡Te veo dentro!